Me inquietó estudiar el por qué del título.
Por ahora expreso una incógnita en mi relación con los pobres, ciertamente no con todos o mejor no con la multitud de pobres anónimos a la cual la puedo englobar en la "pobreza".
Los pobres conocidos tras varias generaciones son parte de mi vida. O sea vivo, vivo en paz, si estoy cerca o disponible para ellos.
La pobreza me atrae en la medida que me ayuda a andar despreocupado en general de los detalles materiales, liviano de cosas, esperanzado en el Mañana.
En cuanto al olor... sí, tal vez es el nexo necesario para advertir a ese prójimo importante por sus limitaciones temporales. Y en cuanto a la pobreza, su olor, me ayuda a pensar los distintos tiempos que vive la humanidad en su progreso hacia nuevas -no siempre mejores- condiciones ambientales y personales para su existencia, y también aparece ante mí la necesidad de considerar la justicia abarcativa o la injusticia marginante de personas y comunidades.
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