En un viernes de guardia a las 18:30 y en el viernes siguiente de guardia también a las 18:30, se repitió la consulta por luxación de caderas en un niño de doce años la primera vez e igualmente en otro niño de doce años en la segunda.
El paciente de la primera relación llegó traído por el servicio de emergencias entre las dificultades de la tormenta de lluvía y granizo con la sospecha de una fractura severa de fémur luego de ser lanzado unos quince metros por el impacto de una camioneta contra la moto en que él viajaba con su mamá.
Y el de la segunda consulta sufrió el aplastamiento por su propio caballo al caérsele éste encima mientras lo cabalgaba. Se temía la fractura de pelvis y la rotura de vísceras abdominales. Luxación de cadera.
En ambos casos sendas luxaciones de cadera fueron del tipo póstero-externo.
Esas cosas de la práctica médica. Había visto este tema 40 años antes en el libro de traumatología de Ramos Vertiz y luego en alguna actualización pero nunca antes en la práctica.
La deuda: la medicación analgésica-antiinflamatoria no fue suficiente en ninguno de los dos niños. Y no pudimos brindarle algo más porque Anestesiología así lo pidió. Unos minutos, muchos cuando el dolor es intenso, hasta el quirófano para la reducción sin dolor.
(la imagen no corresponde a ninguno de los dos pacientes. Es solo a modo ilustrativo con una situación radiográfica similar)eransaldii@gmail.com