...estaba haciendo el caldo
...estaba preparando el té
...estábamos mateando
...su hermano llevaba la ollita y se tropezó y le volcó sin querer encima
...se subió a la mesita y se volcó la pava
...a la nena más grande se le escapó la pelota para el lado de la cocina y se tumbó la tetera
...no se cómo hizo en un segundo a tirarse encima la olla porque ella apenas gatea
...con éste no gano para sustos... ahora quiso hacerse un mate él solo
La realidad es que las quemaduras, accidentales o incidentales, ocurren.
Rescato la observación más allá del susto y el llanto: si se afecta una zona crítica (cara, cuello, pliegues, genitales) el control de la lesión debe ser estricto y especializado... porque es entendible el horror que nos provocan las deformaciones faciales o genitales o la pérdida de funcionalidad del cuello o las manos o los pies.
La idea es pasar del trauma y el horror a una situación vital compensada y "aumentada" por la experiencia corporal, emotiva y social y los nuevos conocimientos que conlleva todo ello más cuanto "googleamos".
Enrique R. Ansaldi
eransaldii@gmail.com